
La
administración de una organización consiste fundamentalmente en la capacidad de
manejar sistemas complejos, en mayor o menor grado. En nuestros días observamos
cómo poco a poco, los sistemas y su estudio cobran importancia de acuerdo con
el desarrollo de las organizaciones. Se puede afirmar que los procedimientos,
formas y métodos para llevar a cabo las actividades son elementos componentes
del sistema.
Para la práctica administrativa, adecuada y
actualizada, serán los sistemas utilizados los que así lo determinen. Éstos
serán por tanto realistas, objetivos y flexibles, de modo que vayan acordes con
el momento histórico y la situación en que sean implantados. Es necesario
también que sean claros y que den la posibilidad a cambios estructurales, pero
no de esencia.
La
administración es en sí una metodología efectiva aplicable a las actividades y
a las relaciones humanas, siendo los sistemas un medio de acción y de
resultados. Mediante ellos se evita que se pierdan de vista los objetivos
primordiales de la empresa, pues de no ser por ellos se caería en divagaciones.
Los sistemas que se elaboran sin haber
considerado posibles situaciones de cambio corren el riesgo de quedar obsoletos
e inservibles, por eso será necesario hacerles modificaciones paulatinas, cada
vez que aparezcan factores que ameriten ajustes, cualesquiera que fueran y que
afecten de manera directa a toda la organización.

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